viernes, 20 de septiembre de 2013

Sobre la campaña #pagaloquequieras de BCore Disc

Gracias al foro de Subnoise he conocido hace poco la iniciativa #pagaloquequieras del sello BCore Disc. Cierto es que un poco tarde, dado que la campaña ha sido durante el verano, pero es que son unas fechas en las que uno intenta desconectar un poco de todo. La cuestión es que la gente de BCore decidió liberar todo su catálogo a través de Bancamp y así cada usuario podía decidir si pagar o no, así como la cantidad, por la descarga de los discos.

Ahora han publicado los resultados y, bueno, personalmente me han parecido bastante desalentadores. Cierto es que aparecieron en muchos medios y la cosa tuvo bastante eco en las redes sociales, pero las casi doce mil descargas que han tenido -y de las cuales sólo un 2,6% de los usuarios hicieron alguna aportación- no aseguran una mayor afluencia de público a los conciertos ni unas ventas mayores de merchandising. Y me refiero a los conciertos concretamente porque son muchos los que hace tiempo vienen argumentando que ahí es donde está el beneficio en la música. Y ahí hay beneficio para Madonna o U2, pero dudo mucho que bandas independientes puedan ganarse la vida decentemente únicamente con las actuaciones en directo y las ventas de un par de camisetas.



Más allá de sesusos análisis en torno a marketing, nuevos nichos de mercado, branded content y chorradas similares el tema en mi opinión es mucho más sencillo: por una parte es evidente que todos tenemos menor capacidad adquisitiva ahora -gracias las subidas de impuestos y demás- y por otra no olvidemos que los géneros que trabaja BCore son ahora igual de minoritarios que hace veinte años. Es decir, el público es básicamente el mismo que en los noventa, aunque ahora queda difuminado entre la maraña de usuarios -y no aficionados- que se dedican a acumular compulsivamente discos y películas en sus discos duros. Probablemente ese 2,6% que hicieron alguna aportación más otro 5% de otros que no pueden permitirse comprar discos son el verdadero público de las bandas de BCore y los demás han sido simple y llanamente carroñeros de internet que, al calor de la campaña, pasaron por el bandcamp y descargaron todo lo que vieron.

Sinceramente creo que el trabajo que hace Bcore es excelente en muchos aspectos: han eliminado los gastos de envío, los precios de sus referencias no son especialmente caros, tienen un catálogo variado e interesante, hacen un buen uso de las redes sociales, tienen un blog en el promocionan novedades, etc. No soy un profesional del negocio, pero desde luego a mí no se me ocurre nada más... Es evidente que la industria debe cambiar, pero en este caso, con un sello independiente que trabaja bien el problema no es suyo, sino nuestro.

martes, 17 de septiembre de 2013

¿La industria musical está peligro? No es mi problema

Hace años ya que venimos oyendo cada cierto tiempo la misma cantinela: "no se venden discos". La caída en la venta de discos físicos es innegable, pero también estamos asistiendo a un aumento cada vez mayor de las ventas de música en formatos digitales. Sin embargo, en torno al debate sobre la piratería, las leyes que vinieron a proteger a la industria -como la Ley Sinde-Wert, en vigor recordemos- o la supuesta debacle de la industria musical parece que ya se ha dicho casi todo.Todo menos que no es problema de los ciudadanos.

No es nuestro problema, porque han sido ellos quienes han desarrollado los avances tecnológicos que han permitido -y fomentado- la copia (como la propia Sony), son ellos quienes nos han vendido una y otra vez el mismo producto en diferentes formatos (vinilo, cassette, cd, etc.) y remasterizaciones, son ellos quienes organizan festivales de cualquier forma con el objetivo claro de sacar los cuartos al público y, por supuesto, son ellos quienes han abusado de su posición dominante en el mercado para encarecer los precios, dirigir nuestras compras mediante agresivas campañas de publicidad y explotar incluso en algunos casos a los músicos.

No es mi problema que la industria musical esté en declive y, sinceramente, poco me importa, porque existen ciertos de pequeños sellos que siguen editando discos, músicos que organizan sus propias giras y graban sus discos como buenamente pueden y revistas independientes que siguen hablando de música. Ya nos dijeron en los ochenta que la grabación de cintas acabaría con la música... y no fue así. La que está en declive es la industria tradicional, así que quizá todo esto acabe siendo un acicate necesario para que se desarrolle una alternativa más justa y ética, pero mientras tanto: laven su ropa sucia en casa y dejen de culparnos a los ciudadanos.