sábado, 28 de diciembre de 2013

Las listas de los mejores discos del año

Inexorablemente se acerca el final del año y con él para todos quienes se dedican a esto de escribir sobre música la hora de hacer las listas de lo mejor del año. En pocas semanas todos los medios y blogs nos inundarán con sus opiniones sobre los mejores artistas, discos, conciertos… del año que termina. Muchos incluso sacan sus selecciones un mes antes de finalizar el año, ignorando aquellos lanzamientos que producen en diciembre, y otros apenas se acuerdan de aquellos que salieron en enero o febrero.

Ahora que leeremos un buen puñado de ellas sería un buen momento para preguntarnos cuántas de ellas están motivadas por intereses puramente comerciales y si realmente tienen una influencia real en los lectores o el mercado. Pero también si quienes han ignorado –o simplemente los desconocían- algunos lanzamientos interesantes del año van a elaborar una lista de nuestro interés. Es decir, si habitualmente un medio ignora o desconoce lanzamientos que consideramos importantes ¿para qué leer su selección de los mejores discos del año?

Las listas, a pesar de ser sólo recomendaciones al igual que las decenas de reseñas que se publican cada semana, ejercen una peculiar atracción que suele traer aparejada consigo el debate. Todos los medios tienen cada año un buen puñado de críticas a las listas que elaboran. Siempre falta algún disco o hay poca presencia de ciertos géneros, pero por eso son las listas, porque precisamente se trata de seleccionar y dejar fuera aquello que se considera menos relevante. Siempre será más interesante centrarse en descubrir cosas nuevas en estas listas que criticar a quienes las elaboran por haber dejado fuera nuestro disco favorito del año.

La cuestión es que nos encantan estas cosas, seamos honestos. Cualquier artículo con listas está siempre entre los más visitados y de hecho son numerosos los gurús del 2.0 que se dedican a recomendar que los blogueros hagan listas. Suponen un tema relativamente fácil de abordar, fácil de redactar, suple las carencias de ideas y dan un excelente rendimiento en la web. En la música incluso nos encontramos con listas a mediados de año, por trimestre o cada mes. Lo que sea con tal de rellenar un hueco que, como bien sabemos, en la web el contenido –el que sea- lo es todo.

Como redactor musical, bucear entre la inabarcable cantidad de lanzamientos que se producen en un año y hacer un ejercicio de perspectiva es un reto y un juego verdaderamente entretenido y en ocasiones hasta cautivador. Te obliga a replantear tu trabajo, observar las novedades en su conjunto e intentar acertar con quienes superarán la criba del tiempo. Porque también las listas de lo mejor del año tienen un interés y una función: poner los focos sobre ciertos trabajos que, a juicio de los redactores encargados de la selección, tienen una gran calidad y merecen ser recordados por encima de otros. Son útiles, porque gracias a ellas descubrimos discos, músicos menos conocidos y, sobre todo, son un entretenido intento de ordenar el caos. Y, como con todo en esto del periodismo musical, se trata una vez más de informar y orientar. En la medida de lo posible para algunos y lo que les dejen para otros.

* Publicado originalmente en Musicópolis.

jueves, 26 de diciembre de 2013

Quiero trabajar para una gran revista

Como tantos otros, yo también quiero trabajar para un medio grande. Uno en el que en estas fechas no tenga que seleccionar los mejores discos del año, porque ya están seleccionados en función de los ingresos por publicidad y alguna otra directriz más. Quiero hacer una lista de los mejores discos del año en la que pueda quedar bien con esas “vacas sagradas” que siguen sacando discos, pero no llegan a la altura de sus años dorados, pero también quiero incluir alguna banda de esas de las que todo el mundo habla y todo el mundo olvida en pocos meses. Incluso sería interesante olvidar aposta algún disco que ha hecho mucho ruido para generar todo tipo de comentarios después, porque ya sabemos que hay algo peor a que hablen mal de ti y es que no hablen. Pero lo mejor de escribir en un medio grande debe ser no pensar, ni siquiera para hacer una lista de los mejores discos del año.

lunes, 25 de noviembre de 2013

¿Crítica o reseña?

A primera vista puede parecer absurdo e, incluso innecesario, entrar a desgranar las diferencias o semejanzas entre ambos términos. Pero a veces se usa demasiado la reseña en un tono despectivo, como haciendo hincapié en que ésta se dedica únicamente a analizar y la crítica añade además una valoración subjetiva, que se presupone como un valor mayor que el análisis. 

Sin embargo, según la RAE una crítica es "un exámen y juicio acerca de alguien o algo y, en particular, el que se expresa públicamente sobre un espectáculo, un libro, una obra artística, etc." y una reseña es una "noticia y exámen de una obra literaria o científica". Es decir, que ambas se dedican a hacer un exámen de una obra. Poca diferencia parece apreciarse aquí. Es más, quienes estén habituados o trabajen en el ámbito académico estarán más que acostumbrados a escribir reseñas y saben que la última parte corresponde siempre a un juicio de valor.

Las diferencias entre una y otra parecen estar más en la intencionalidad de quien los usa que en los propios términos, por lo que algunos preferirán usar "crítica " pensando aún que eso les da cierto relumbrón o capacidad para emitir un juicio sobre una obra, pero mucho más usarán "reseña" precisamente para diferenciarse de aquellos. Cuestión de principios.

lunes, 11 de noviembre de 2013

¿Críticas positivas para conseguir mayor atención en las redes sociales?

Hace unas semanas un compañero me enviaba este texto en efe eme en el que se hace a mi parecer un juicio erróneo o al menos se plantea una pregunta hueca. El autor se pregunta si se hacen críticas preferentemente favorables para conseguir mayor atención de los músicos en las redes y poco más. Bueno, el debate no es nuevo desde luego, porque con redes sociales o sin ellas, la cuestión de escribir críticas positivas o negativas es algo que trae de cabeza al oficio desde hace décadas. Todos conocemos casos de quienes creen que opinar mal de todo disco que le caiga entre manos les va a granjear, si no más trabajo, al menos algo de fama o repercusión. Por otra parte, están -estamos- quienes ya han hecho un trabajo previo de selección y escriben de aquello que les ha resultado más interesante. Estas sería las dos categorías, así por encima, porque evidentemente los últimos también escriben críticas negativas, aunque en menor número, y los primeros también de vez en cuando hablan bien de un disco.

Un debate más o menos interesante, sí, pero ciertamente ajeno a aquellos medios que no están atados a escribir de una serie de novedades concretas cada mes ni a presiones de sellos discográficos. Personalmente, no recibo ni he recibido de los medios en los que escribo actualmente ningún tipo de presión ni recomendación a la hora de escribir críticas, ni para recibir más RT's, ni visitas o enlaces. Es más, estoy seguro de haber escrito un buen número de textos en los últimos años que probablemente no han sido leídos ni por una decena de personas. Y como yo muchos, muchísimos. Así que, mientras muchas de esas grandes publicaciones cada día se parecen más a una revista del corazón que a una publicación de música seria y se agobian, se martirizan y se desgañitan por un cambio de escenario que no les favorece, aquí seguimos los demás: escribiendo sin recibir presiones y sin preocuparnos más que por hacer este trabajo lo más honestamente posible.

viernes, 18 de octubre de 2013

La figura del colaborador

En un país como este, en el que la “cultura del becario” ha sido desde hace años parte importante del crecimiento empresarial, el trabajo -no ya mal pagado- sino gratis total nunca ha estado mal visto. Las “colaboraciones” son otra parte de ese entramado. Aunque es un concepto y realidad existente desde hace años, ha sido en los últimos diez con la generalización del uso de internet cuando encontramos una infinidad de revistas, blogs e incluso medios de comunicación grandes que andan constantemente en busca de “colaboradores”. Pues bien, ese “colaborador” es alguien a quien le apasiona una o varias temáticas, de las cuales tiene amplios conocimientos, y al que además se le pide tener una redacción aceptable (por cierto, se puede no ser periodista y ser capaz de articular un texto en condiciones). 

Nunca ha sido difícil encontrar a personas interesadas en hacer este tipo de colaboraciones: estudiantes de periodismo, aficionados a temas concretos, etc. porque el mercado de jóvenes –en su mayoría- de los que aprovecharse es bastante grande. Especialmente en este país, en el que las tasas de paro difícilmente han bajado del 8% en los últimos 35 años –en los años de la burbuja inmobiliaria-, mientras que en Gran Bretaña por ejemplo en plena crisis y con un paro que escandaliza y preocupa a todo el país apenas han llegado a ese 8%. Y eso, hablando de población activa, porque si nos centramos en el desempleo juvenil España duplica como mínimo las cifras inglesas. Vamos, que no es muy complicado encontrar gran cantidad de gente joven bien preparada dispuesta a trabajar gratis para, al menos, tener algo que poner en su currículum. 


Así que ya tenemos los dos actores principales de este tinglado: un medio que quiere tener contenido gratis y gente que quiere escribir sobre sus temas preferidos. Pero en esta simple ecuación hay que incluir que el medio obtiene sus ingresos por la publicidad pero no paga por los contenidos que necesita para obtener precisamente esa publicidad. Y no estoy hablando de un blog de amigos con una vocación puramente divulgativa o pequeñas webs que apenas ganan unos céntimos con google adsense, sino de webs con miles de visitas diarias y con una media de casi 400 reseñas anuales… ¿Cuánto creéis que pagaría una empresa por publicitarse en una web con ese nivel de visitas? Pues eso. 

Afortunadamente, existe otra parte en este negocio y es la de aquellas empresas que han apostado por remunerar a sus redactores. De esta forma, se aseguran una mayor calidad en contenidos, unos textos bien redactados y una implicación mayor por parte del redactor, porque ninguna empresa va a pagar por un trabajo que no considere aceptable, ¿verdad? Entendámonos, nadie va a ganarse la vida escribiendo dos –o veinte- artículos al mes (al menos tal y como está el panorama actualmente), porque la cuestión es que la remuneración (y no digo que esta sea justa, alta o baja, sino simplemente que exista) es la única forma que conocemos en nuestro sistema para reconocer el trabajo bien hecho. Pagar a un redactor es reconocerle su trabajo

* Fragmento extraído del artículo "Prensa musical e internet", publicado originalmente en Musicópolis.

jueves, 10 de octubre de 2013

Promocionándose en twitter...

Seguro que en ocasiones os habéis encontrado con ese tipo de usuarios que se dedican a mencionar a un puñado de medios y redactores en twitter dejando tan sólo un enlace a un vídeo a su web. A ver, entiendo que esto de las redes sociales puede ser una buena forma de promocionarse, pero señores que los que están detrás son personas. Qué menos que un "hola, somos tal y esta es nuestra web" o "buenas tardes, somos fulanito de tal y este es nuestro último vídeo por si te interesa". Un mínimo, pero es que eso de mencionar a todo el que pase por delante con un enlace es como el spam por correo electrónico... 

Cada uno elige qué tipo de estrategia quiere seguir, pero desde luego creo que muchos agradeceríamos que las formas fueran otras en muchos casos. Y aún más lo agradecerían los propios grupos y músicos, porque desde luego de otra manera seguro que conseguirían mayor atención. Por cierto, sirva el tuit anterior sólo como ejemplo. Son muchos los que hacen lo mismo y simplemente éste el último que he recibido.

miércoles, 2 de octubre de 2013

Textos sospechosamente parecidos: blog "Necesito un rock and roll"

En esta ocasión he conocido este caso a través de twitter. El blog Necesito un rock and roll parece haberse "inspirado" demasiado en un texto de eldiario, concretamente de este artículo de Javier Pulido sobre Boris Vian. Unos pequeños cambios de orden en los párrafos, algunas imágenes y directamente la misma ilustración que encabezaba el original dan como resultado esta entrada.

Como siempre os dejo unos pantallazos:






* Textos sospechosamente parecidos es una sección que recopila casos de plagio y a la que podéis enviar casos similares que conozcáis mediante los comentarios en este blog o a través el formulario de contacto.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Sobre la campaña #pagaloquequieras de BCore Disc

Gracias al foro de Subnoise he conocido hace poco la iniciativa #pagaloquequieras del sello BCore Disc. Cierto es que un poco tarde, dado que la campaña ha sido durante el verano, pero es que son unas fechas en las que uno intenta desconectar un poco de todo. La cuestión es que la gente de BCore decidió liberar todo su catálogo a través de Bancamp y así cada usuario podía decidir si pagar o no, así como la cantidad, por la descarga de los discos.

Ahora han publicado los resultados y, bueno, personalmente me han parecido bastante desalentadores. Cierto es que aparecieron en muchos medios y la cosa tuvo bastante eco en las redes sociales, pero las casi doce mil descargas que han tenido -y de las cuales sólo un 2,6% de los usuarios hicieron alguna aportación- no aseguran una mayor afluencia de público a los conciertos ni unas ventas mayores de merchandising. Y me refiero a los conciertos concretamente porque son muchos los que hace tiempo vienen argumentando que ahí es donde está el beneficio en la música. Y ahí hay beneficio para Madonna o U2, pero dudo mucho que bandas independientes puedan ganarse la vida decentemente únicamente con las actuaciones en directo y las ventas de un par de camisetas.



Más allá de sesusos análisis en torno a marketing, nuevos nichos de mercado, branded content y chorradas similares el tema en mi opinión es mucho más sencillo: por una parte es evidente que todos tenemos menor capacidad adquisitiva ahora -gracias las subidas de impuestos y demás- y por otra no olvidemos que los géneros que trabaja BCore son ahora igual de minoritarios que hace veinte años. Es decir, el público es básicamente el mismo que en los noventa, aunque ahora queda difuminado entre la maraña de usuarios -y no aficionados- que se dedican a acumular compulsivamente discos y películas en sus discos duros. Probablemente ese 2,6% que hicieron alguna aportación más otro 5% de otros que no pueden permitirse comprar discos son el verdadero público de las bandas de BCore y los demás han sido simple y llanamente carroñeros de internet que, al calor de la campaña, pasaron por el bandcamp y descargaron todo lo que vieron.

Sinceramente creo que el trabajo que hace Bcore es excelente en muchos aspectos: han eliminado los gastos de envío, los precios de sus referencias no son especialmente caros, tienen un catálogo variado e interesante, hacen un buen uso de las redes sociales, tienen un blog en el promocionan novedades, etc. No soy un profesional del negocio, pero desde luego a mí no se me ocurre nada más... Es evidente que la industria debe cambiar, pero en este caso, con un sello independiente que trabaja bien el problema no es suyo, sino nuestro.

martes, 17 de septiembre de 2013

¿La industria musical está peligro? No es mi problema

Hace años ya que venimos oyendo cada cierto tiempo la misma cantinela: "no se venden discos". La caída en la venta de discos físicos es innegable, pero también estamos asistiendo a un aumento cada vez mayor de las ventas de música en formatos digitales. Sin embargo, en torno al debate sobre la piratería, las leyes que vinieron a proteger a la industria -como la Ley Sinde-Wert, en vigor recordemos- o la supuesta debacle de la industria musical parece que ya se ha dicho casi todo.Todo menos que no es problema de los ciudadanos.

No es nuestro problema, porque han sido ellos quienes han desarrollado los avances tecnológicos que han permitido -y fomentado- la copia (como la propia Sony), son ellos quienes nos han vendido una y otra vez el mismo producto en diferentes formatos (vinilo, cassette, cd, etc.) y remasterizaciones, son ellos quienes organizan festivales de cualquier forma con el objetivo claro de sacar los cuartos al público y, por supuesto, son ellos quienes han abusado de su posición dominante en el mercado para encarecer los precios, dirigir nuestras compras mediante agresivas campañas de publicidad y explotar incluso en algunos casos a los músicos.

No es mi problema que la industria musical esté en declive y, sinceramente, poco me importa, porque existen ciertos de pequeños sellos que siguen editando discos, músicos que organizan sus propias giras y graban sus discos como buenamente pueden y revistas independientes que siguen hablando de música. Ya nos dijeron en los ochenta que la grabación de cintas acabaría con la música... y no fue así. La que está en declive es la industria tradicional, así que quizá todo esto acabe siendo un acicate necesario para que se desarrolle una alternativa más justa y ética, pero mientras tanto: laven su ropa sucia en casa y dejen de culparnos a los ciudadanos.

lunes, 26 de agosto de 2013

Publicado segundo trimestre 2013

Recopilación de material publicado en diversos medios durante el segundo trimestre de 2013:


  • Reseñas en Musicópolis:

  • Artículos, monográficos y entrevista en Musicópolis:

  • Reseñas para la sección "Desempolvando..." en Subnoise:

Textos sospechosamente parecidos: El Planeta Amarillo

Otro caso de textos sospechosamente parecidos. Esta vez es la web El Planeta Amarillo, de Rafa Skam, y que dice "lleva haciendo desde enero de 2000, toda una revisión desde el punto de vista del fan sobre la música independiente: los mejores festivales, los mejores discos y maquetas, los mejores conciertos, etc…". Lo que parece ser un cortapega con alguna pequeña aportación personal ha sido en esta ocasión de esta reseña publicada en Musicópolis sobre el disco The Ominous, de la banda sevillana Jacob.

Por cierto, que si echáis un vistazo al enlace y al pantallazo que pongo a continuación notaréis ciertas diferencias. Eso se debe a que contacté con el autor y, a pesar de decirme que él no consideraba una copia su reseña, iba a cambiar algo su texto para cambiar las que considera "expresiones y adjetivos" tomadas de mi reseña.

Dejo un pantallazo de la reseña copiada en cuestión:


* Textos sospechosamente parecidos es una sección que recopila casos de posibles plagios y a la que podéis enviar casos similares que conozcáis mediante los comentarios en este blog o a través del formulario de contacto.

viernes, 5 de julio de 2013

Reseñas de novedades: sin prisas por favor

En esto de escribir sobre música muchos nos dedicamos mes tras mes a reseñar nuevos lanzamientos y las entrevistas, crónicas de conciertos o artículos monográficos ocupan quizá un segundo plano si hablamos de volumen de trabajo. Es decir, lo primero son las novedades y ahí cada medio y cada redactor tiene sus propias estrategias y planteamientos. Pero lo que podemos apreciar en más ocasiones de las que parece es como muchas de esas reseñas han sido escritas tras apenas unas pocas escuchas -en algunos casos incluso una sola- del disco, lo que me hace preguntarme ¿realmente puedo fiarme como lector de un análisis elaborado tras unas pocas escuchas?

Es comprensible que en una industria como la de la música, que ve publicados cada mes tantos productos que ni siquiera podemos conocer un número aproximado, los profesionales de la prensa especializada puedan encontrarse a menudo abrumados e, incluso, sobrepasados. Si a eso le sumamos las presiones de los medios de comunicación actuales, que siempre buscan ser los primeros en publicar la información, y la vertiginosa velocidad a la que se mueve este mundo no es difícil comprobar que nada de esto combina bien con la necesaria atención y el tiempo que precisa la música (y cualquier forma artística). Sin embargo, debemos parar un momento, reflexionar, y preguntarnos si realmente estamos haciendo bien nuestro trabajo, que no es más que trasladarle al lector un análisis honesto y una valoración argumentada de una obra.

Todos hemos caído alguna vez en la tentación de ser los primeros en publicar una reseña de un disco nuevo, pero si miramos atrás ahora y con un poco de perspectiva seguro notaremos algunas -o muchas- diferencias entre lo que escribimos an aquel momento y lo que escribiríamos ahora, después de haber escuchado el disco muchas más veces. Aunque evidentemente nuestro análisis y valoración puede variar eternamente, debemos tender a buscar el mejor resultado posible. Y para conseguirlo no sería mala idea -al menos para empezar- dejar pasar al menos un mes o dos desde que empezamos a escuchar el álbum hasta que finalmente lo reseñamos. Por ejemplo, podemos seleccionar las novedades correspondientes a un mes concreto y apuntarlas para reseñarlas al mes siguiente, con lo que siempre estaríamos el mes corriente escuchando los discos que nos tocaría reseñar al siguiente. 

De esta forma, no seremos los primeros desde luego, pero sí que conseguiremos un trabajo más honesto que redunde en beneficio del lector primero y en el nuestro más tarde, porque seguramente habremos disfrutado más esos discos -y por ende de este oficio- después de haberlos escuchado atentamente y sin prisas. Por mi parte y aunque intento tomarme mi tiempo habitualmente, voy a empezar por ponerlo en práctica en mis propias reseñas, que a buen seguro en ocasiones no han sido tan acertadas como me hubiera gustado.

jueves, 4 de julio de 2013

Consumo responsable y compras éticas en la música

Desde hace ya tiempo se habla del consumo responsable y el poder del consumidor. En nuestro día a día consumimos todo tipo de productos y servicios de los que no siempre sabemos en qué condiciones se han elaborado o cómo ha afectado su producción al entorno. Si bien existen ya numerosas webs y organizaciones -e incluso herramientas como este plugin para firefox y chrome- que dan pautas y recomendaciones para hacer de nuestras compras una acción más ética y justa, ¿qué pasa con la música? 

Pues bien, no hay mucho, la verdad. Además de rebuscar en la web, he enviado algunos correos a entidades como Fairtrade Foundation y otras similares en España, pero ninguna de ellas ha podido darme información acerca de empresas relacionadas con la música (fabricación de cd's, vinilos, distribución, venta, etc.) que tengan algún sello de comercio justo, ni siquiera con algún tipo de política de RSC. El panorama no es muy alentador y, aunque seguro que existen muchas iniciativas que se me escapan, mencionaré algunas de las que más me han llamado la atención:


Os dejo algunos enlaces de interés:

lunes, 1 de julio de 2013

Gratis no trabajo

Recientemente he recibido una curiosa propuesta para escribir en una revista que se publica varios países iberoamericanos: 5.000 caracteres a cambio de una mención y una copia de la revista. Sin remunerar claro. No voy a negar que en casos como este, con una tirada de varios miles en varios países, se despierta algo del pequeño monstruo del ego que todos llevamos dentro, pero lo cierto es que dura poco cuando se observan detenidamente las condiciones.

Hace casi dos años ya traté el tema del trabajo sin remunerar en este artículo en Musicópolis. Corrompiendo el lenguaje al más puro estilo "1984", se habla de colaboraciones para esconder un trabajo que no se paga y dada la enorme oferta que existe de este tipo de "trabajo" hasta la Asociación de la Prensa de Madrid inició una recogida de firmas hace poco más de un año a raíz de la denuncia pública de una periodista.

Espero que estas líneas sirvan al menos para que cuando alguien tenga a bien interesarse por mi trabajo le dedique unos minutos a echar un vistazo en este blog y lea este texto. Si no, también me viene bien para enviarlo como respuesta para este tipo de "ofertas".

martes, 25 de junio de 2013

Janiva Magness en España

No es habitual que músicos como Janiva Magness visiten nuestras tierras y mucho menos con varias fechas en el país, así que aprovecho la ocasión para dejaros la información y rescatar la reseña que hice de su último disco para Musicópolis, además de la entrevista que tuve la oportunidad de hacerle recientemente, también para Musicópolis.

Miércoles 3 de julio en la Sala Siroco (Madrid).
Jueves 4 de julio en el Teatro Cervantes (Málaga).
Viernes 5 de julio en el Festival de Blues de Cazorla.
Sábado 6 de julio en el Festival de Blues de Reus.


domingo, 23 de junio de 2013

Documental "La voz del árbol"

No es la primera vez que hablo de esta banda, tanto en este blog como en Musicópolis. No puedo culpar a quienes hayan pensado mal, dado el habitual "amiguismo" que impera en la prensa española, pero esto no tiene nada que ver. El motivo es bien simple: esta banda es interesante musicalmente, sí, pero también están haciendo un gran trabajo de promoción. Sin estridencias ni molestando al personal con innumerables correos, hacen llegar sus noticias de una forma clara y con toda la información que necesita cualquier redactor para hacer su trabajo.

Pues bien, ahora y como parte de la promoción de su primer trabajo, han sacado un breve documental en el que podemos encontrar fragmentos de diversas actuaciones en directo y comentarios de los músicos y el productor entre otros sobre la grabación, las composiciones y otros aspectos del álbum. Un estupendo complemento al disco.


viernes, 21 de junio de 2013

¿Día de la música o día de la industria de la música?

El 21 de junio, coincidiendo con el solsticio de verano, se celebra en Europa desde hace ya unos cuantos años el día de la música, cuyo objetivo es promocionar la música. Pero no todos los músicos -ni probablemente los aficionados- sienten esta fiesta como suya, porque lo cierto es que esta celebración está absolutamente copada por las grandes empresas del sector, que organizan diversos eventos en todas las ciudades. Y lo que no se ve por ninguna parte son las reivindicaciones de los profesionales, la merma en sus derechos laborales, las nefastas condiciones a las que muchos se enfrentan cada día, los conciertos que no se pagan, el recorte de la financiación pública de conservatorios y escuelas de música y un largo etcétera.

El día de la música debe ser el día en que reivindiquemos el derecho de todos los ciudadanos a el acceso a la enseñanza musical, pero también el de los profesionales a ser justamente retribuidos y reconocidos. Y en este sentido una de las pocas voces que ha hablado de ello es la Asociación de Músicos de Jazz y Música Moderna de Cataluña, que ha publicado un texto sobre el día de la música, titulado "Esta no es nuestra fiesta" del que reproduzco a continuación algunos párrafos que podrían ser extrapolables a cualquier ciudad o comunidad del país:

"Ese día veréis que en muchos lugares públicos y privados hay grupos de música o solistas tocando en vivo. Empresas, instituciones, escuelas, organismos públicos y privados publicitarán que se tiene que hacer música en directo, y se pondrán medallas presumiendo de que ellos han organizado algún evento relacionado con la festividad. (...) Os aseguro que la mayoría aplastante de los músicos que celebrarán la supuesta Fiesta de la Música lo hará tocando gratis y en unas condiciones laborales similares a las de cualquier país del Tercer Mundo. Ni contratados, ni asegurados, ni cotizando. Es decir, ¡absolutamente desprotegidos! (...) No os dejéis deslumbrar por las cifras de ventas o de asistencia a conciertos del grupo de moda de turno."

miércoles, 19 de junio de 2013

¿Sigue siendo Myspace una buena plataforma para las bandas?

Cuando apareció Myspace supuso toda una revolución, no sólo en la distribución de música a través de internet, sino también en la promoción de nuevas bandas. En los años siguientes la red social creció enormemente ya  partir de 2008 comenzó un lento declive que ha llevado a sus directivos a encadenar continuos cambios y modificaciones con el fin de mantenerse, pero lo cierto es que hace mucho que la red da la sensación de vivir sus últimos días. Pero tanto si continúa como si no poco debe importarnos a quienes no nos dedicamos a eso de seguir la actualidad tecnológica.

Porque la cuestión para cualquier redactor musical es que buscar o recibir información de una banda que sólo tiene Myspace es que acabamos enfrentándonos a un medio bastante incómodo a la hora de realizar nuestro trabajo. Lo que nos interesa a los redactores es poder escuchar fácilmente la música o tener la posibilidad de incrustar un reproductor en una reseña y esta plataforma complica bastante nuestra labor. Tarda en cargar, dificulta la navegación, no es fácil encontrar enlaces, etc.

myspacedead

Presupongo que hoy en día cualquier banda se plantea seriamente la estrategia a seguir en la red y por eso me sigue sorprendiendo encontrar grupos que no tienen página web, que debería ser su principal plataforma, y sólo tienen un Myspace medio abandonado. Entiendo que la presencia de cualquier músico en internet debe estar enfocada en primer lugar a los aficionados y en un segundo plano a los medios, pero la cuestión es que para ninguno de ellos esta red social se lo pone fácil.

Cada uno decidirá qué herramientas le son más útiles para su banda (lastfm, soundcloud, bandcamp, flickr, etc.), pero por favor tengan en cuenta también a los aficionados y a la prensa, pero sobre todo, cuando una plataforma deje ser útil para vuestros objetivos no tengáis ningún problema en abandonarla (y eliminar vuestros perfiles), porque lo importante no es la herramienta sino vuestro trabajo. Y lo que los redactores queremos no es más que poder acceder cómodamente a la información.

viernes, 24 de mayo de 2013

El valor del descarte en la crítica musical

En esto de la prensa musical hay quienes consideran que un redactor no puede permitirse el lujo de escribir sólo de aquellos discos que le gustan. O al menos no quienes se dediquen a ello profesionalmente, que no pueden escribir como si de una guía de compra se tratara, como se comentaba recientemente en un artículo publicado en El País. Sin embargo, y en mi opinión, en esa afirmación hay varias cuestiones que se escapan. 

Con un mercado musical absolutamente masificado, en el que ni siquiera es posible saber con certeza cuántos lanzamientos se dan cada mes, hay que elegir. Y para elegir no tenemos muchas opciones: o nos dedicamos a seleccionar aquello que nos parece más interesante para los lectores o entre esa selección incluimos también discos que no vamos a recomendar. Con este panorama, la elección de trabajos para dedicarles una mala crítica es cuanto menos una pérdida de tiempo, además de un espacio que ya no va a ocupar otro disco más interesante. 

Por ello, debemos recuperar el valor del descarte, de relegar y omitir aquello que consideramos menos relevante, porque cuando dedico algo de mi tiempo a leer críticas de discos no me aporta nada que me digan lo que no tiene interés. Quiero descubrir algo interesante, quiero enterarme de que tal o cual músico que llevaba años sin editar resulta que ha sacado un disco apabullante, pero ¿leer como alguien me dice que un disco es malo? Ya tengo una edad, así que déjenme que lo averigüe por mí mismo y que saque mis propias conclusiones.

Si bien es cierto que la crítica musical actual tiende en demasiadas ocasiones a poner por las nubes casi cualquier lanzamiento que caiga en sus manos, también lo contrario tiene sus consecuencias en el interés cada vez menor que tienen las reseñas musicales. Porque todo esto no trata de si hay más o menos reseñas posititivas o negativas, sino de la honestidad del crítico, para quién escriben y qué quiere aportar la prensa musical a sus lectores. 

La cuestión es menos simplista de lo que parece, pero desde luego la opción más lógica, coherente y enriquecedora para los lectores parece ser la de dedicar preferentemente el espacio a los discos más interesantes, porque quizá a los aficionados les interese más leer más sobre discos que puedan aportarle algo que leer sobre aquellos que quizá no les gusten. Y, desde luego, por mi parte creo que puedo echar una mano poniendo el foco en algún disco que a mi juicio es atractivo, pero no tengo la osadía de decirle a nadie lo que no debe escuchar. Pero claro, quizá sea sólo porque este oficio no es mi profesión primera.

martes, 21 de mayo de 2013

Textos sospechosamente parecidos: E.T. Gafapasta

Nuevo caso de textos sospechosamente parecidos. En esta ocasión este blog, que se dedica a poner noticias, cosas curiosas y demás, hizo lo que parece ser un cortapega con este artículo dedicado a la discografía de Nick Cave & The Bad Seeds publicado en Musicópolis, aunque eso sí poniendo el enlace al texto original al final. 

Pero lo más reseñable de este caso es la respuesta a mi petición de indicar de forma más clara la autoría del texto y su procedencia (que podéis ver además en los comentarios): "yo creo que al final eso de la autoría a nadie le interesa, salvo que haya dinero por medio, y se ve claramente de dónde procede el artículo y el que esté interesado pues que pinche el enlace…" Ahí queda eso. Como siempre, dejo algunos pantallazos:




* Textos sospechosamente parecidos es una sección que recopila casos de posibles plagios y a la que podéis enviar casos similares que conozcáis mediante los comentarios en este blog o a través del formulario de contacto.

Publicidad en el blog

La cuestión de la publicidad en blogs y weblogs ha sido motivo de debate casi desde sus inicios. Mientras muchos intentaban emular esos blogs norteamericanos que generaban una barbaridad de beneficios otros empezaban a darse cuenta que en nuestro país pocos iban a llegar a esas cantidades. Pero, además de la cuestión económica, también existe la dimensión ética del asunto: ¿hasta qué punto la publicidad influye en los contenidos?

Recientemente he incorporado el logo de "ad-free blog". Me sumo a esta iniciativa -que lleva ya unos cuantos años- por diferentes motivos:
  • No me gano la vida redactor, como explico en el apartado "sobre el autor", así que mi primera motivación a la hora de hacer este trabajo no es el beneficio económico. 
  • Este blog nace para dar cabida a cuestiones que no tienen cabida en los medios en los escribo habitualmente y como repositorio de material de publicado, por lo que en ningún momento ha tenido el objetivo de sacar algún beneficio económico de él.
  • La publicidad supone en muchos casos una molestia para el lector y prefiero que los pocos que se acerquen por aquí puedan leer los textos cómodamente.
Evidentemente, un blog como éste no tiene capacidad ni potencial para obtener beneficios por publicidad, pero me apetecía dejar clara esta cuestión y más clara aún mi total independencia a la hora de escribir. Es lo bueno de no ganarte la vida con esto.

    martes, 14 de mayo de 2013

    Temazos: Joe Henry - Civilians

    Desde Trampoline y sobre todo desde el álbum al que da título este tema, Joe Henry ha cimentado un camino que en ciertos momentos le ha acercado bastante a gente como Tom Waits, Van Morrison o Neil Young. Además, su trabajo como productor en discos como Don't Give Up On Me, de Solomon Burke, o The Bright Mississippi, de Allen Toussaint, le facilitó un acercamiento a la tradición norteamericana que, desde entonces, ha tenido cada vez un mayor reflejo en su música. Sin embargo, de alguna forma, ha conseguido crear y conservar un sonido que, a pesar de sus evidentes influencias, tiene personalidad propia, como demostró en Reverie. Y este tema es una buena muestra de todo ello.


    Publicado primer trimestre de 2013

    Recopilación de material publicado en diversos medios durante el primer trimestre de 2013:


    • Reseñas en Musicópolis:


    viernes, 10 de mayo de 2013

    Textos sospechosamente parecidos: Comité Central Israelita de Uruguay

    Segundo caso de textos sospechosamente parecidos y en esta ocasión me lo envía el compañero Manu a través de twitter. Este es curioso, porque quien "se inspira" demasiado en otro texto no es una revista web ni los habituales scraper sites, sino la web del Comité Central Israelita de Uruguay, a quienes suponemos les ha interesado más la cuestión de la Segunda Guerra Mundial y el nazismo que el jazz. Aquí tenéis el original, publicado en Jotdown Magazine, y aquí lo que parece ser una copia. También os dejo algunos pantallazos:





    * Textos sospechosamente parecidos es una sección que recopila casos de posibles plagios y a la que podéis enviar casos similares que conozcáis mediante los comentarios en este blog o a través del formulario de contacto.

    Textos sospechosamente parecidos: Distrito Jazz

    Primer caso de textos sospechosamente parecidos. En esta ocasión tenemos a Distrito Jazz que en la reseña del disco de Carlos Pizarro Cuarteto parecen coincidir unas pocas líneas de la nota de prensa y unas cuantas más de mi reseña publicada en Mundomúsica. Aquí está la original y aquí tenéis lo que parece ser una copia, aunque también os dejo unos pantallazos a continuación:

    * Actualización a 12 de mayo de 2013: Ayer tuve la ocasión de hablar por correo con Iñigo Ortega Medrano, el redactor, y José Manuel Pérez Rey, director de Distrito Jazz, y han decido retirar la reseña.



    * Textos sospechosamente parecidos es una sección que recopila casos de posibles plagios y a la que podéis enviar casos similares que conozcáis mediante los comentarios en este blog o a través del formulario de contacto.

    Textos sospechosamente parecidos

    Todos los que escribimos en diversos medios o blogs personales estamos más o menos acostumbrados a encontrarnos periódicamente plagios de nuestros contenidos. Si bien esta práctica, llamada content scraping, y que proporciona a muchas webs contenidos gratuito y, por ende, mayor tráfico, posicionamiento e ingresos, es prácticamente inevitable también es bastante molesta. No es agradable ver cómo otros se lucran a costa de tu trabajo o lo usan para sus propios fines, especialmente cuando no aparece un reconocimiento a la fuente original. Por ello, a partir de ahora iré recopilando cada cierto tiempo casos de textos sospechosamente parecidos, por una parte por dejar constancia del hecho y que cada uno saque sus propias conclusiones, pero también como forma de legítimo pataleo ante tales prácticas. Así que, si conocéis casos o los habéis sufrido vosotros os animo a dejarme la información para poder publicarla aquí.

    Mientras tanto, os dejo algunas cuestiones y enlaces que os pueden ser de utilidad:

    miércoles, 8 de mayo de 2013

    Consultas en twitter sobre novedades

    Desde hace un tiempo intento recordar a principios de mes preguntar a través de twitter si tenéis alguna propuesta de disco para mis reseñas en Musicópolis. La idea es simple: aunque se intenta estar más o menos al día de lanzamientos interesantes lo cierto es que siempre se escapan un buen número de trabajos que, meses después, acabamos descubriendo. Así que pido consejo a los lectores. Eso no implica que vaya a poder escribir sobre ese disco, porque a menudo llegan cosas muy interesantes de última hora, se acumulan los lanzamientos o simple y llanamente no tengo ni idea del género. Me ha parecido conveniente aclararlo para evitar que alguien pueda pensar que hacemos -o hago- "reseñas a petición", porque la intención es que los lectores nos descubran novedades.

    lunes, 29 de abril de 2013

    Día Internacional del jazz 2013

    Con motivo de la celebración el 30 de abril de 2013 del Día Internacional del Jazz, Carlos Pérez Cruz, Manuel Recio y un servidor proponemos nuestra visión sobre diferentes aspectos del jazz en España en un ejercicio de reflexión compartido, divergente y complementario. 

       
      Todos los textos han sido publicados también en el Club de Jazz.

      La percepción social del jazz en España

      Con motivo de la celebración el 30 de abril de 2013 del Día Internacional del Jazz, promovido por la UNESCO, tres compañeros proponemos nuestra visión sobre diferentes aspectos del jazz en España en un ejercicio de reflexión compartido, divergente y complementario. El siguiente texto es mi aportación.


       La percepción social del jazz en España


      Desde sus comienzos, a principios del siglo XX, el jazz ha sido entendido y percibido de muy diversas formas. El término fue tomando con los años la forma de un enorme paraguas bajo el que se cobijaban una gran cantidad de subgéneros con grandes diferencias entre ellos, aunque siempre con algunos denominadores comunes, como el swing, refiriéndose a esa sensación visceral que surge en los músicos y que llega al público, aunque los más conocidos son la improvisación y el gran nivel técnico de sus músicos.

      Si desde sus orígenes hasta prácticamente la década de los 50 el jazz había sido una música popular, aunque ya había tenido sus coqueteos con la música académica, en aquellos años aparecieron una serie de trabajos que dieron un vuelco importante al género y que el free jazz o el movimiento Third Stream de los 60 llevaron mucho más lejos. Así, el jazz adquirió un prestigio mucho mayor que el que tenía hasta entonces en los músicos y compositores de formación clásica, alejándolo al mismo tiempo de una gran parte de la población. Curiosamente además, en un momento en el que el género estuvo más cerca que nunca de la nueva conciencia social que la población negra había adquirido.

      A partir de entonces una gran parte de la sociedad empieza a ver el jazz como música culta, casi equiparable a la música clásica. Esa percepción, ayudada por la creciente institucionalización y el apoyo académico al género, ha fructificado en los últimos cuarenta años hasta tal punto que el género es visto habitualmente como parte o relacionado íntimamente con la alta cultura. De hecho, los primeros acercamientos al jazz en nuestro país vinieron de una parte importante de escritores adscritos a la vanguardia, como Ramón Gómez de la Serna, quien ya dedicó algunos escritos y reflexiones al jazz mientras que la prensa y los periodistas musicales apenas le dedicaban unas líneas. La cuestión puede llevarnos incluso más allá, porque la propia distinción entre una alta cultura y una cultura popular nos lleva a un tipo de discurso elitista y minoritario, que acaba reproduciendo y fortaleciendo las relaciones de poder históricas entre las élites y el pueblo.

      Las causas de esta percepción que gran parte de la sociedad tiene del jazz son múltiples y variadas, pero aún más importante debe ser qué podemos hacer para cambiarla. Y ahí quienes nos dedicamos a escribir de música podemos jugar un papel importante si conseguimos expulsar el tono arrogante de los textos, el halo de superioridad del que se rodea el crítico musical, las comparaciones vacías y nos dedicamos a hacer divulgación, dejando de lado un tono academicista que no nos corresponde y que acentúa esa imagen de música culta del jazz.

      Porque el público es inteligente, pero no necesariamente tiene por qué ser especializado, y desde la prensa musical debemos recuperar una cierta vocación pedagógica para conseguir transmitir y divulgar ese componente de rebeldía y libertad del jazz, que ningún otro género posee. Una libertad que toma forma musical mediante la improvisación que puede ser apreciada y disfrutada por cualquier tipo de oyente, porque como dijo Duke Ellington: “si la interpretación no tiene swing, la música no significa nada”.

      Todos los textos han sido publicados también en El Club de Jazz.

      Reflexiones sobre el jazz en España, por Manuel Recio

      Con motivo de la celebración el 30 de abril de 2013 del Día Internacional del Jazz, promovido por la UNESCO, tres compañeros proponemos nuestra visión sobre diferentes aspectos del jazz en España en un ejercicio de reflexión compartido, divergente y complementario. El siguiente texto es de Manuel Recio, músico, periodista y autor del blog La música es mi amante.


      Reflexiones sobre el jazz en España 

       

      Para situarnos, yo en todo caso quisiera hablar como aficionado y oído curioso, nunca de experto de nada. Estas son mis observaciones, desde mi modesta visión de oyente, investigador y asistente a conciertos. 

      El jazz siempre ha estado en crisis 

      En mi opinión no creo que el jazz se encuentre en un momento peor que el que está atravesando la cultura en general. Me explico. Diría que nunca es que haya estado muy bien, como me comentó en una ocasión Montse, dueña de la única tienda de discos de jazz que hay en Madrid. Quizá en los 80-90, en la época de apogeo de los grandes festivales, pero desde luego en los últimos años parece estar en un período de standby. ¿El jazz recibe pocas ayudas y escaso apoyo institucional? Puede, pero no creo que sea muy diferente a otros estilos como el blues, el funky o la música negra en general. 

      En ocasiones me da la sensación de que las administraciones los instrumentalizan para sus propios fines. Buena muestra de ello es el Festival de Jazz de Madrid, donde se ha retirado el caché a los músicos, se les ha obligado a ir a taquilla y a encargarse de la promo. Ya se denunció en su momento, no creo que haya que profundizar más. El jazz en España, el verdadero jazz de los clubs, siempre ha crecido al amparo de la filantropía de empresarios aficionados que han luchado contra viento y marea por mantener una escena musical decente. Esto ocurre principalmente en Madrid y sobre todo en Barcelona que cuenta una sólida oferta. Aunque también hay reductos en Valencia y el norte de España, pero como no los conozco prefiero no opinar. 

      ¿Jazz envejecido? 

      Me llama mucho la atención la media de edad del público que acude a los conciertos de jazz. De 40 años para arriba suele ser la tónica habitual. Esto no es una encuesta sociológica rigurosa, ni lo pretende, es simplemente fruto de mis sensaciones como público. En la mayoría de los casos me veo como el menor de todos los asistentes. 

      ¿Está el público jazz envejeciendo? ¿No interesa a los jóvenes? Tal vez. Sorprende este fenómeno que por otro lado depende de múltiples factores, algunos extramusicales. Es curioso que las escuelas de música moderna (véase la Creativa de Madrid) tienen múltiples intérpretes pero luego a esos músicos jóvenes no se les ve prodigarse por conciertos, más allá de las jams de sus colegas. Esto es algo que he comentado con más colegas de los círculos jazzísticos. 

      Por otro lado había que preguntarse si los propios músicos consolidados contribuyen en algo comprando discos y asistiendo a conciertos. No estoy seguro de si quiero saber la respuesta. 

      Una escena musical viva 

      Aunque siento predilección por el jazz clásico debido a las investigaciones para el blog, sí que hay numerosos grupos y músicos actuales que me están sorprendiendo mucho. Hablo de Madrid que es donde me muevo. Una de mis favoritas es la vocalista Verónica Ferreiro que practica una suerte de jazz fusión muy destacable. Hay otras muchas bandas que están haciendo cosas interesantes. Yo personalmente sigo a algunas de clásico (O Sister!), gypsy, big bands (adoro la de Bob Sands) o más dixie (la histórica Canal Street Band). Hay muchísimas y de variados estilos, con lo que me lleva a pensar que a nivel creativo no se aprecia una crisis importante del jazz en España. Luego están históricos como Baldo Martínez, Jorge Pardo u otros que siguen con un nivel aceptable de actividad. 

      En lo que se refiere a clubs, hay bastantes que, a pesar de todo, se esfuerzan por ofrecer programación en directo a diario. En Madrid, si quieres, puedes ir a un concierto de jazz todos los días de la semana. Hay oferta, variedad y supongo que público. Desde luego ir un fin de semana al “Populart” o al “Café Central” implica tener que pelearse por encontrar sitio. Y eso es buena señal. Pero aparte de los clásicos hay otros muchos clubs más modestos (El Plaza es uno de mis predilectos) que programan jazz habitualmente. Creo que hay que destacar esto. 

      Lugares comunes y estereotipos en prensa 

      Tal vez por mi condición de periodista en este apartado sea más crítico. El jazz en prensa general se limita a Obituarios, informaciones de artistas extranjeros que vienen de gira y cuestiones más amarillistas relacionadas con músicos reconocidos. El jazz actual apenas tiene sitio. Una pena. Otra cosa negativa que observo es el tratamiento. Se suele caer en lugares comunes y tópicos donde apenas se profundiza en las noticias y hay poco afán explicativo o didáctico por hacer que el lector se interese por las noticias de jazz. Parece un tipo de noticias estereotipadas…No creo que sea un problema de falta de plumas periodísticas brillantes o especializadas. Las hay y de nivel. Pero parece que no siempre tienen sitio en prensa general. En cierto modo es una falta de respeto al lector exigente, aunque también es cierto que el lector de prensa general suele quedarse más en el titular y no demanda contenidos más en profundidad. Por lo menos es mi sensación. 

      En prensa especializada afortunadamente hay más variedad y sobre todo más seriedad. Ahora que parece que la histórica Cuadernos de Jazz, sin duda la referencia en España sobre literatura y periodismo de jazz, retoma poco a poco el pulso, existen además multitud de revistas, magazines y blogs que dan al jazz un tratamiento más profundo y riguroso. Puede que no lleguen al gran público pero hacen una labor encomiable. Más allá de revistas culturales más generales (Jot Down, iWrite Magazine, Musicópolis…) que dan cabida al blues y el jazz, hay muchos portales de jazz específicos que ofrecen una información muy interesante. Algunas de mis favoritas son Jazzitis Web por el tratamiento profundo de los contenidos o Zona de Jazz por su mezcla de jazz actual y clásico El problema es que visibilidad es escasa. Realizan un trabajo notorio pero están muy enfocadas a fans no al público en general. Aunque esto no tiene que ser malo. Yo soy de los que piensa que la prensa especializada –si esta es de calidad– supone un valor añadido al panorama periodístico actual. 

      En radio tenemos algunos oasis en Radio 3 como el maestro Cifu y su A todo jazz o los hermanos Pizarro con sus Melodías Pizarras. En televisión, el jazz, como la música, brillan por su ausencia. Los escasos minutos que pudieran dedicarse se relegan a horas intempestivas. Parece que los programadores se empeñan en que nadie lo vea. No digo que vayan a poner el concierto del Festival de Jazz de San Sebastián en prime time, pero entre eso y programarlo a las 3 de la madrugada hay una sustancial diferencia. 

      En resumen, los medios (sobre todo la prensa general) debería hacer un esfuerzo divulgativo por acercar las noticias de jazz al gran público y convertir los contenidos en algo más atractivo. Para mí esto es lo más importante.

      Todos los textos han sido publicados también en El Club de Jazz.